Último día, Delhi

29 de julio de 2011

Parece que Delhi está cerca, pero se nos hace un poco tarde porque antes de coger el coche y emprender la marcha pasamos a ver el Fuerte Rojo y vamos a Correos porque habíamos prometido mandar una postal y hasta entonces no habíamos tenido oportunidad. En Correos encontramos una cola muy larga de chicos que me miran como si fuese un bicho raro y empiezan a sacar sus móviles para grabarme. Qué vergüenza! me tapo con el pañuelo...
Correos abre a las 10h, pero antes ya está todo el mundo dando golpes a la puerta para entrar antes, increíble. Cuando entramos nos quedamos pasmados, es como viajar al pasado. Nos encontramos con un mostrador enorme y un techo plagado de ventiladores, además de poca luz. Vamos de ventanilla en ventanilla (aquí también existe la burocracia) y conseguimos que nos peguen un sello a la postal. Llegará la postal a Figueres?

Nos dirigimos a Delhi, haciendo algunas paradas por el camino para ir al baño y tomar algún refresco (botella de coca-cola con pajita y sin ningún hielo, claro).

En Delhi nos hospedamos donde la primera noche, y se nos hace raro... ya es la última noche...
Ikram nos lleva a comer a un restaurante que conoce, pero le tenemos que decir que no podemos ir ahí: nos quedan pocas rupias y no nos las vamos a gastar en la comida, sino en comprar algún regalito que nos falta. Así que comemos comida rápida en Connaught Place y después de dejar las maletas en el hotel Gran Godwin, Ikram nos deja en el mercado Tibetano, en Connaught Place, y nos comenta que no nos podrá venir a buscar, pero sin problema, podemos coger un Rickshaw o lo que sea.
Nos sentimos como en Mumbai, con un ambiente parecido, de gran ciudad, y ya regateamos usando frases que usan siempre por aquí: not for you, not for me, ok? o... no, no, tell me a better price. Jajaja

Se nos está haciendo de noche (aquí anochece a las 19.30h), así que para ahorrarnos unas rupias y para conocer mejor la ciudad, emprendemos una aventura caminando hasta el hotel, sólo sabiendo que está cerca de la New Delhi Railway Station y a partir de ahí nos guiaríamos usando la memoria. Lo conseguimos! Nos cruzamos con algún camello, y ya no nos sorprende. De repente estamos en nuestra salsa, a lo nuestro, caminando por Delhi como si nos lo conociéramos, y nos entra la pena por irnos.
Llegamos al hotel empapados de sudor y coincidimos en que el último día ha sido un gran día. Nos duchamos y dejamos todo preparadísimo para levantarnos a las 4h de la mañana.

Buenas noches!

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